Este libro trata sobre el capitalismo impuesto en Estados Unidos, el cual quiere llegar a través de las mentes más manipulables e inocentes del mundo, los niños. Walt Disney es considerado por los niños y algunos jóvenes adultos como el hombre que trae inocencia y alegría al mundo de las caricaturas para entretener a los más pequeños, sin embargo, la connotación en el mensaje que se expresa en sus animaciones, al observarlo detalladamente, es algo que alarma incluso al padre más comprensivo; es decir, a que padre le gustaría que le laven el cerebro a sus hijos, a ninguno, por supuesto. La sutileza del mensaje capitalista agregado a las caricaturas de Disney permite que los padres aprueben que sus hijos las vean.
Cada personaje que encontramos en sus historias tiene ciertos rasgos, pero no solo es para hacerlo gracioso, torpe, malhumorado, etc. es el comportamiento de cada clase social en nuestro entorno. El personaje destacado y conocido es el Pato Donald, un tío que busca la riqueza a través de su tío McPato, un millonario empedernido, amargado y ambicioso. Todo gira en torno al dinero, la clase social, poder adquisitivo, político, y demás aspectos que abarca el capitalismo. Así al pato Donald lo que le apasiona es el dinero, pero hace el menor esfuerzo por obtenerlo, no quiere trabajar sino que lo obtiene haciendo favores a su tío.
Esta forma de pensamiento se incrusta en la mente del niño, todo lo obtendrá fácilmente sin hacer el mínimo esfuerzo por ello, se vuelve egoísta y no piensa en el bienestar común sino en el propio. Desde muy temprana edad se le muestra que para ser el mejor se necesita de capital y de bienes materiales, crece pensando que eso es lo más importante.
Es por eso que el autor de dicho dibujos animados ha elegido a este público tan selecto, al que se le puede influenciar de una manera más fácil y permanente si no se interviene. Los intereses del adulto se transmiten al niño a través del medio que facilita la intervención del mismo. Claro el niño de primera instancia no detecta las intenciones, pues en su mente pura lo que llama la atención es el dibujo y las situaciones chuscas, sin embargo el mensaje llega a este de manera inconsciente por ende comienza a imitar lo que ha aprendido.
Algo curioso que se observó en las caricaturas es que no hay un vinculo que sea realmente directo al niño, en ese mundo solo existen tíos, sobrinos y padres pero estos nunca salen, no tienen relación estrecha con los niños, lo cual se traduce en un distanciamiento y el vinculo afectivo se rompe para lo cual aparecen los tíos, que pueden ser una figura de autoridad, sin embargo, nunca tendrán el mismo peso que un padre, el niño crece con la libertad de hacer lo que le plazca. Del mismo modo, la figura materna es hecha a un lado, como un accesorio, casi una sirvienta, la cual está constantemente satisfaciendo las necesidades de los hombres, esto le da un sentido machista, lo cual hará que el niño nunca respete a la figura femenina.
Este modo de producción u orden social, es característico de la cultura norteamericana, la cual se trata de difundir a través de las animaciones de Walt Disney, a sociedades tercermundistas, probablemente con el fin de expandir su cultura y su territorio. Esta sociedad se basa en los recursos económicos como el dinero, el poder y los bienes materiales, como medio de subsistencia; por supuesto, en la actualidad la sociedad no existe sin el dinero, pero no es necesario llevarlo a un modo de pensar egoísta, en el capitalismo no se piensa el bien común sino el propio bien. Al niño se le condiciona para tener más que los demás sin importar nada.
Este libro nos da la pauta para evocar las intenciones secundarias de un personaje que, al parecer, quiere darles a los niños un mensaje y una moral, pero la connotación es distinta. Nos abre los ojos para reflexionar lo que les estamos enseñando a nuestros hijos, una educación en base a la programación de la televisión o de cualquier otro medio de comunicación no es siempre la mejor respuesta, aparentemente los mensajes son inocentes y divertidos, pero forjan el comportamiento y el pensamiento del as generaciones que nos sucederán.
Bibliografía
Dorfman, Ariel. (1979). Para leer al pato Donald. Edit. Siglo XXI. México. Pp. 3-161
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